Una de las cosas que más me piden trabajar durante mis sesiones de coaching es la Autoestima. Durante una crisis personal como una separación o ruptura amorosa, la Autoestima suele quedar súper dañada, especialmente si tiene una infidelidad, excepto si eres muy equilibrada e inteligente emocionalmente.
Yo no lo era cuando me separé y tardé mucho en aprender a quererme, perdonar, gestionar mi dolor y compartir y detectar lo que estaba pasando sin sentirme una víctima. Cuando no te escuchas, das prioridad a otros. Cuando no te reconoces, renuncias a tus sueños, renuncias a tu voz y quitas importancia a tus logros. Te estás negando a ti misma, estás anulando tu Autoestima, Autoimagen, Autoconcepto.
Cuando me separé tuve varios ataques de pánico y ansiedad. Pensé que yo no podría sola con todo, que la vida era demasiado para afrontar yo sola con mi niño y no era consciente de que temía más a mis luces que a mis sombras. Temía superarlo, dejar atrás muchos años compartidos, ilusiones, un proyecto de vida (que ya había caducado), salir de mi zona de confort y afrontar la nueva vida que tenía. No quería decidir, me daba miedo tomar decisiones. Temía querer más de lo que tenía y no encontrarlo.
Pero puedes llegar al otro lado del miedo y tú también lo harás, con esfuerzo, con ganas, conociéndote, trabajando tus bloqueos mentales, tus CREENCIAS sobre ti y el mundo, poniéndote metas, perdonando y agradeciendo.
Convirtiéndote en tu mejor versión, recuperando tu verdadera identidad. Así conseguirás llegar al otro lado. A tu lado, a tu luz, a tu esperanza, a tu nuevo Mundo.
En situaciones de crisis personal, de estrés emocional, como es una ruptura amorosa, necesitas escucharte más que nunca. Necesitas aceptar lo que sientes, lo que piensas, lo que te duele.